Hasta siempre, Erasmus

Uff... Parecía que este momento no llegaría nunca, pero de repente te encuentras delante de una pantalla y un teclado tratanto de plasmar en unas líneas más de nueve meses de experiencias inolvidables.

Llegados a este punto, con la habitación ya vacía, la maleta llena y apenas a falta de 24 horas para coger mi avión de vuelta a España, me siento delante del ordenador para escribir el inevitable discurso de despedida.

Han pasado más de 270 días de aquel 17 de septiembre en el que embarcaba en aquel avión que, aún sin saberlo, me llevaría a una de las mejores experiencias de mi vida. Y es que, aunque parezca que fue ayer, ha llovido (y nevado) mucho desde entonces. Más de nueve meses repletos de vida, risas, alegrías, fiestas, viajes, nueva gente, nuevas amistades repartidas por el mundo, despedidas, nuevos pensamientos...

Se podría decir que este Erasmus me ha hecho cambiar y (creo) lo ha hecho para bien.

Jamás (y digo jamás) será posible plasmar en unas pocas palabras lo que supone un Erasmus en tu vida. Me llevo de aquí muchas amistades nuevas y probablemente (quiero confiar en ello), algunas serán para toda la vida. 

Gracias, gracias y más gracias a todos los que han formado parte de mi Erasmus y han hecho de él el año más increíble de mi vida. Extrañaré muchísimo todo esto, más de lo que nadie pueda imaginar, pero nunca olvidaré todas las buenas experiencias que se vienen conmigo.

I WILL MISS YOU, MY ERASMUS FAMILY!!